Salmo 32
Una característica interesante de este Salmo es que a menudo es citado en otros pasajes de la Escritura.
· El autor del Salmo 71 (posiblemente David mismo) cita los primeros tres versículos del Salmo 31 para comenzar el 71.
· Jonás parece citar el Salmo 31:6 en Jonás 2:8, su oración dentro del vientre del gran pez.
· Jeremías cita el Salmo 31:13 seis veces, en Jeremías 6:25, 20:3, 20:10, 46:5, 49:29 y Lamentaciones 2:22.
· Pablo cita el Salmo 31:24 en 1 Corintios 16:13
· De manera más significativa, el Salmo 31:5 fue citado por Cristo Jesús en la cruz como Sus palabras finales antes de ceder Su vida (Lucas 23:46). Esteban, el primer mártir de la iglesia, también aludió el Salmo 31:5 (Hechos 7:59).
Una petición por rescate, y la confianza en la respuesta de Dios.
Confiando en el Dios que libera a Su pueblo.
En ti, oh Jehová, he confiado;
no sea yo confundido jamás;
Líbrame en tu justicia.
En ti, oh Jehová, he confiado: Este Salmo de David comienza de una manera muy similar a muchos otros Salmos – con una declaración de confianza en Dios en un tiempo de dificultad. No sabemos la natura precisa o el tiempo del problema, además de que afectó severamente a David (Salmo 31:9-13) y le hizo desesperarse en su vida. Sin embargo David proclamó su confianza en el Señor..
No sea yo confundido jamás: La declaración audaz de David de confianza mostró de que no estaba avergonzado en clamar al Señor. Él consideraba apropiado de que Dios le contestaría por medio de no permitir que Su siervo fuera confundido jamás delante de sus enemigos y adversarios.
Líbrame en tu justicia: Ya que David confiaba en Dios, le pidió a Dios que actuara justamente por parte de él, y que le librara. Él pidió que la justicia de Dios trabajara por parte suya.
Una noche en la torre del monasterio, Lutero pensó en este pasaje en el Salmo, y también leyó Romanos 1:17:Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela. Lutero dijo que había pensado en esto día y noche, hasta que finalmente entendió que era lo que la justicia de Dios era revelada por los evangelios. No está hablando de la justicia santa de Dios que condena a los culpables, sino de la justicia de Dios dada a los pecadores que ponen su confianza en Cristo Jesús.
Lutero dijo de esta experiencia: “Pude tomar la verdad de que la justicia de Dios es esa justicia que, por medio de la gracia y misericordia inmerecida, él nos justifica por fe. Por lo tanto, me sentí renacer y haber pasado a través de puertas abiertas hacia el paraíso….Este pasaje de Pablo llegó a ser para mí una puerta hacia el cielo. “Martín Lutero nació de nuevo, y la reformación comenzó en su corazón. Un gran erudito Luterano dijo que esto era “El día más feliz de la vida de Lutero.”
Un ruego por rescate basado en una relación.
Inclina a mí tu oído, líbrame pronto;
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
Sácame de la red que han escondido para mí,
Pues tú eres mi refugio.
Inclina…librame…sé tú mi roca: En los versículos anteriores David estableció la base del rescate de Dios: líbrame en tu justicia. David luego llamó hacia Dios para actuar justamente por parte de Su siervo necesitado, para rescatar y proteger a David.
“Pon tu oído a mis labios, para que puedas escuchar de todos mis sonidos tenues que puedo hablar. Generalmente colocamos nuestro oído cerca de los labios de los enfermos y moribundos, para que podamos escuchar lo que están diciendo. Esto es lo que parece que el texto está aludiendo.”
David pidió, Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme; luego dijo, Porque tú eres mi roca y mi castillo. “Sé lo que tú eres; manifiéstate a Ti mismo en el acto que eres, lo que eras en naturaleza: se lo que Yo, tú, humilde siervo, has tomado lo que has de ser. Mi corazón ha tomado la revelación de Ti mismo y ha huido a su torre fuerte.”
“Tu eres… luego es….,’ debiera de ser la oración de cada Cristiano.”
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás: David no pidió el rescate debido a que fuera bueno, sino por tu nombre. David creía que si Dios podía guiarle y encaminarlo, esto honraría a Dios y Su nombre.
Sácame de la red que han escondido para mí: David sabía que sus enemigos querían atraparlo y destruirlo, pero que Dios podía rescatarle aun de los enemigos más listos y determinados.
- (5-8) La confianza de David en el Señor.
En tu mano encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias;
Mas yo en Jehová he esperado.
Me gozaré y alegraré en tu misericordia,
Porque has visto mi aflicción;
Has conocido mi alma en las angustias.
No me entregaste en mano del enemigo;
Pusiste mis pies en lugar espacioso.
En tu mano encomiendo mi espíritu: David pidió el ser librado de sus enemigos y sus lazos, pero no para poder vivir para sí mismo. Él del todo se echa a sí mismo hacia Dios, comprometiendo la parte más íntima de sí mismo hacia Dios.
Jesús expresó Su total rendición y sumisión hacia Dios en la cruz cuando Él citó esta línea del Salmo 31. Lucas 23:46 registra lo que Jesús dijo,Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu– y después Jesús dio Su último aliento en la cruz. “Así él no entrega su vida con desaliento hacia la muerte para destrucción, sino con una consciencia triunfante hacia el Padre para resurrección.”
Pero este compromiso del alma hacia Dios el Padre no está reservado para David y el Hijo de David solamente. Esteban, el primer mártir de la iglesia, tuvo la idea del texto en su mente durante sus últimas palabras (Hechos 7:59).
“Estas fueron las últimas palabras de Policarpio, de Bernardo, de Huss, de Jeronimo de Praga, de Lutero, Melancthon, y muchos otros.”
“Cuando John Huss fue condenado a morir en la hoguera, el obispo que condujo la ceremonia terminó con las frías palabras, ‘Y ahora encomendamos tu alma al diablo.’ Huss respondió con calma, ‘En tus manos encomiendo mi espíritu, Señor Jesucristo; a ti encomiendo mí espíritu, la cual tú has redimido.’”
Tú me has redimido: David entendió que su rendición hacia Dios era apropiada ya que Dios era quien le había redimido. Él le pertenecía a Dios, tanto en gratitud por el rescate, y en reconocimiento de que Dios le había comprado.
“En el Antiguo Testamento la palabra ‘redimir’ (pada) es en ocasiones utilizada para expiación: En mayor parte significa el rescatar o sacar del problema.”
14-18) En medio de todos sus problemas, David declara su confianza en Dios.
Mas yo en ti confío, oh Jehová;
Digo: Tú eres mi Dios.
En tu mano están mis tiempos;
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
Sálvame por tu misericordia.
No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado;
Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol.
Enmudezcan los labios mentirosos,
Que hablan contra el justo cosas duras
Con soberbia y menosprecio.
Mas yo en ti confío, oh Jehová: Sin importar que tan grande eran los problemas de David, su confianza en Dios era aún mayor. Él hizo un inventario cuidadoso de sus crisis, pero no permanecería en ello. Él entendió que Yahvéh era su Dios (Tú eres mi Dios) y por lo tanto, mayor que todos sus problemas.
En tu mano están mis tiempos: David no podía soportar el pensamiento de estar sobre la mano de sus enemigos, pero estaba completamente en paz (y muy feliz) con el conocimiento, “En tu mano están mis tiempos.”
David pudo decir, en tu mano están mis tiempos porque él entendió que Dios estaba en control y gobernaba desde los cielos. Pero también él dijo esto porque en fe había encomendado todas las cosas en las manos de Dios.
Los tiempos de tu juventud están en las manos de Dios, tiempos en los que a menudo estamos sujetos a que otros tomen las decisiones por nosotros.
· Los tiempos de nuestra madurez están en las manos de Dios, tiempos en los cuales debemos estar en los negocios de nuestro Padre y enfrentar tanto como el éxito y fracaso aparente en ello.
· Los tiempos de nuestra edad avanzada están en las manos de Dios, cuando Dios cuidará de nosotros y bendecirá estos días así como en los otros.
necesitamos todas las temporadas para cumplir nuestro año”
· Otoño (Salmo 31:1-8): “Con sus vientos y nubes reunidas, pero con un poco de luz de sol y hojas doradas, aunque el aliento de la muerte está por todas partes.”
· Invierno (Salmo 31:9-13): “El frío y la falta de vida llena de llanto y desaliento.”
· Primavera (Salmo 31:14-18): “Con su esperanza y expectativa y sus lluvias que pasan y rayos de sol”
· Verano (Salmo 31:19-24): “Por fin, el verano luminoso y dorado.”
“Si creemos que todos nuestros tiempos están en la mano de Dios, deberíamos estar esperando grandes cosas de nuestro Padre celestial. Cuando estemos pasando temporadas de grandes dificultados debemos de decir, ‘Ahora veré las maravillas de Dios, y aprenderé de nuevo cómo él seguramente libera para confiar en él.’”